15 de Enero 2004

Maravillosas arrugas

He visto sus ojos esta tarde, mirando con pasividad hacia ese altar que había desaparecido de mi vista por no prestarle atención.
He visto sus arrugas, tan bonitas y a la vez cuidadas.
He visto su rostro, tan honesto, tan bondadoso, tan completo y lleno de amor.
Debería fijarme más en ellos. No debería esperarme a tener que ir a una iglesia a soportar una misa sin hacerle caso, para observar su belleza. No, y no debería ser esta la única cosa que yo pueda hacer para que se sienta orgullosa de mi, día a día.
Viendo su rostro, vi mi infancia, mi juventud, me vi a mi misma. Vi todo lo que soy y lo que me gustaría ser. Ahora sé que solo tengo que imitarla.
Le he visto a él en sus ojos, tan atento y cariñoso, la había visto echarlo de menos, pero veo... veo en sus ojos, en sus arrugas, en su media sonrisa, que después de diez años, sigue echándole de menos.
Me gustaría decirle que yo también le añoro. Me gustaría decirle lo feliz que soy de poder acostarme cada noche dándole un beso de buenas noches y esperar a que el día siguiente siga estando ahí... pero... ¿Y si un día no está? No, prefiero no pensar en ello.
Y espero, sí, tengo esa esperanza, de que siempre esté conmigo, siempre, para siempre.
No entiendo como tanta pureza y amor puede caber en un cuerpo tan pequeño. Toda mi vida se construye a su alrededor, todo lo que soy, se lo debo, todo lo que tengo, me lo ha ofrecido antes.
Y verla feliz es lo que más deseo. Espero poder hacerlo, como antes ella ha hecho conmigo.

Cvalda escupe sus paranoias a las 12:16 AM | ¿Conjeturas al respecto?(1)